Los ex integrantes de la mítica banda nacional Sumo sorprendieron en la primera noche del festival Quilmes Rock 2007. Fue una reunión espontánea a poco de cumplirse veinte años de la muerte de su líder, Luca Prodan.
Ricardo Mollo y Diego Arnedo (Divididos), Roberto Pettinato, Alberto Superman Troglio (Buda), Germán Daffunchio y Alejandro Sokol (Las Pelotas) volvieron a tocar juntos en un mismo escenario, cumpliendo el sueño de muchos fanáticos que presenciaban el show en River Plate.
Para el cierre de la primera jornada estaba pronosticada la presencia de Divididos, y así fue. Pasadas las 22 se apagaron las luces de la cancha en medio de gritos, silbidos y cantos de bienvenida, incluyendo el Dividi, dividi, vamo’ dividi.... Mucha emoción y expectativa: el grupo de rock más reconocido estaba en escena. La gente enloqueció con los primeros acordes de “Sucio y desprolijo”, un claro homenaje al fallecido Norberto Papo Napolitano. La aplanadora del rock maravilló con un resumen exquisito, intercalando viejos temas con nuevas delicias. Un Mollo divertido y aniñado, vestido con un chaleco inflable rojo, jeans gastados y zapatillas, dijo un par de veces: ¡Qué linda noche!, mientras miraba fijamente el cielo. Eso podía parecer sólo un comentario de la figura más importante de la velada. Pero esta misma frase había sido expresada tan sólo dos horas antes por su ex compañero, Germán Daffunchio. Muchos presentes parecían notar ese detalle, otros casi no lo percibieron. Pero todos estaban atentos y respondieron con euforia cuando Mollo, Arnedo y Ciavarella amagaron con el comienzo de Next Week, un lujo de Llegando los monos, segundo disco de Sumo .
Lo cierto es que un momento después todo tuvo su explicación: por primera vez, a dos décadas de la muerte del excéntrico e irreemplazable Luca, el resto de la banda estaba de regreso, fusionado en un mismo recital. La primera imagen de este encuentro fue la de Pettinato vestido con su famoso mameluco naranja; y eso ya comenzó a entusiasmar a la multitud. La entrada del baterista Troglio, con una musculosa que hacía honor a su apodo y una pollera a cuadros, hizo latir fuerte el corazón del público. Finalmente, el ingreso de Sokol y Daffunchio al escenario terminó por trastornar a la gente, que se fundió en una especie de Tsunami musical y festivo. Miradas de sorpresa sin entender lo que ocurría, gritos y llantos de seguidores, muchos de ellos con la remera de Sumo sobre la piel.
La fiesta arrancó con el himno “Crua-Chan” y siguió con una poderosa versión de “Divididos por la felicidad”, donde Mollo y Sokol compartieron voces. El corto pero excelente repertorio se completó con el tema ”Disco baby disco” para el que se sumó Gillespie en trompeta, otro viejo amigo de ruta. Esta canción del primer disco concluyó con una impecable lección de acid jazz, como solían ofrecer en sus conciertos.
Nadie podía creer lo que estaba viviendo. Después de muchos años y sin aviso previo los ex Sumo dieron una vuelta de página, olvidaron diferencias (quizás sólo por ese día) y se juntaron para divertirse y alegrar a sus admiradores. Se los veía radiantes, como nenes en una plaza. Y las 50mil almas estaban impactadas y felicísimas de ver a buena parte del grupo más influyente en la historia del rock argentino, respetado por lo breve y brillante de su obra.
Pero la despedida llegó, duró un buen rato e incluyó el conocido ¡Divididos, las pelotas!, exclamado más fuerte que nunca por quienes no querían decirles adiós. Los mismos que ahora miraban el cielo agradeciendo el milagro.
La previa de esta cita difícil de olvidar tuvo la participación de importantes artistas. El primero en aparecer fue el estadounidense Bad Religion, que mostró la fuerza de su hardcore. Le siguió Attaque 77, presentando material de su última producción Karmagedon. El tercer puesto en la grilla fue para Las Pelotas, que lució temas del reciente Basta. Y, luego de un dilatado recreo, Catupecu Machu apareció en escena con Zeta Bosio como artista invitado, desplegando un sonido que poco tuvo que ver con los anteriores. El cantante Fernando Ruiz Diaz recordó a su hermano Gabriel, bajista de la banda, internado desde marzo de 2006 a raíz de un accidente automovilístico que le dejó graves lesiones cerebrales.
Ricardo Mollo y Diego Arnedo (Divididos), Roberto Pettinato, Alberto Superman Troglio (Buda), Germán Daffunchio y Alejandro Sokol (Las Pelotas) volvieron a tocar juntos en un mismo escenario, cumpliendo el sueño de muchos fanáticos que presenciaban el show en River Plate.
Para el cierre de la primera jornada estaba pronosticada la presencia de Divididos, y así fue. Pasadas las 22 se apagaron las luces de la cancha en medio de gritos, silbidos y cantos de bienvenida, incluyendo el Dividi, dividi, vamo’ dividi.... Mucha emoción y expectativa: el grupo de rock más reconocido estaba en escena. La gente enloqueció con los primeros acordes de “Sucio y desprolijo”, un claro homenaje al fallecido Norberto Papo Napolitano. La aplanadora del rock maravilló con un resumen exquisito, intercalando viejos temas con nuevas delicias. Un Mollo divertido y aniñado, vestido con un chaleco inflable rojo, jeans gastados y zapatillas, dijo un par de veces: ¡Qué linda noche!, mientras miraba fijamente el cielo. Eso podía parecer sólo un comentario de la figura más importante de la velada. Pero esta misma frase había sido expresada tan sólo dos horas antes por su ex compañero, Germán Daffunchio. Muchos presentes parecían notar ese detalle, otros casi no lo percibieron. Pero todos estaban atentos y respondieron con euforia cuando Mollo, Arnedo y Ciavarella amagaron con el comienzo de Next Week, un lujo de Llegando los monos, segundo disco de Sumo .
Lo cierto es que un momento después todo tuvo su explicación: por primera vez, a dos décadas de la muerte del excéntrico e irreemplazable Luca, el resto de la banda estaba de regreso, fusionado en un mismo recital. La primera imagen de este encuentro fue la de Pettinato vestido con su famoso mameluco naranja; y eso ya comenzó a entusiasmar a la multitud. La entrada del baterista Troglio, con una musculosa que hacía honor a su apodo y una pollera a cuadros, hizo latir fuerte el corazón del público. Finalmente, el ingreso de Sokol y Daffunchio al escenario terminó por trastornar a la gente, que se fundió en una especie de Tsunami musical y festivo. Miradas de sorpresa sin entender lo que ocurría, gritos y llantos de seguidores, muchos de ellos con la remera de Sumo sobre la piel.
La fiesta arrancó con el himno “Crua-Chan” y siguió con una poderosa versión de “Divididos por la felicidad”, donde Mollo y Sokol compartieron voces. El corto pero excelente repertorio se completó con el tema ”Disco baby disco” para el que se sumó Gillespie en trompeta, otro viejo amigo de ruta. Esta canción del primer disco concluyó con una impecable lección de acid jazz, como solían ofrecer en sus conciertos.
Nadie podía creer lo que estaba viviendo. Después de muchos años y sin aviso previo los ex Sumo dieron una vuelta de página, olvidaron diferencias (quizás sólo por ese día) y se juntaron para divertirse y alegrar a sus admiradores. Se los veía radiantes, como nenes en una plaza. Y las 50mil almas estaban impactadas y felicísimas de ver a buena parte del grupo más influyente en la historia del rock argentino, respetado por lo breve y brillante de su obra.
Pero la despedida llegó, duró un buen rato e incluyó el conocido ¡Divididos, las pelotas!, exclamado más fuerte que nunca por quienes no querían decirles adiós. Los mismos que ahora miraban el cielo agradeciendo el milagro.
La previa de esta cita difícil de olvidar tuvo la participación de importantes artistas. El primero en aparecer fue el estadounidense Bad Religion, que mostró la fuerza de su hardcore. Le siguió Attaque 77, presentando material de su última producción Karmagedon. El tercer puesto en la grilla fue para Las Pelotas, que lució temas del reciente Basta. Y, luego de un dilatado recreo, Catupecu Machu apareció en escena con Zeta Bosio como artista invitado, desplegando un sonido que poco tuvo que ver con los anteriores. El cantante Fernando Ruiz Diaz recordó a su hermano Gabriel, bajista de la banda, internado desde marzo de 2006 a raíz de un accidente automovilístico que le dejó graves lesiones cerebrales.
3 comentarios:
Excelente amiga!!! Digno de la página central de cualquier revista de rock.
HOLA CHACALI , ME ENCANTÒ LA NOTA NO LA HABÌA LEÌDO NUNCA!!! NO TE OLVIDASTE DE NADA.... Y NO SABÌA QUE RUMBEABAS POR TEMPO!!! POR FAVOR DE BON JOVI A TEMPO!!!! TE QUIERO LOCA!!!
Tengo que conseguir una foto de "La Chapita" Karina vos quizás la consigas...
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